En primer lugar, pedimos perdón por esas vacaciones de más que nos hemos acabado tomando. No estaba planeado pero a veces la vida del mercadólogo es muy dura. Y más si tenemos en cuenta que el Polígono (aún) no nos reporta beneficios económicos, lo que nos supone tener que trabajar, además de dedicar nuestros momentos de ocio a las polimandangas. Cosa que hacemos con gusto, que conste.
Pero bueno, que no hemos venido a hablar de eso. Hemos venido a darle duro a algún aspecto relacionado con el marketing. Hoy: los peces (regu) que se comen los buenos peces en el mar de las ventas.